sábado, 27 de junio de 2009

Virgen de la Encarnación

Como bien sabéis, en casa de mi abuela Ana recibe culto una imagen mariana de gloria; se trata de una Virgen de la Encarnación, de unos 50 centímetros de altura, y cuya propiedad va pasando de generación en generación.
La Virgen de la Encarnación data del siglo XVII, encontrando en ella rasgos arcaicos como la mirada perdida en claro hieratismo, la nariz pronunciada o los ojos levemente achinados. La imagen mantiene su fisionomía primitiva puesto que sólo ha sido intervenida a principios del siglo actual por Quibla Restaura, puesto que su estado de conservación no era precisamente el idóneo.
Además de la restauración, se procedió también a una renovación estética, adecuándola al estilo actual con el que se viste a las imágenes de gloria. Para ello, y en unos pocos de años, el patrimonio de la Virgen de la Encarnación ha aumentado enormemente, de manera que pueda alternar distintas vestimentas.
Agradecer desde estas líneas el trabajo desarrollado por nuestro amigo Rafael Carmona Nieto, bordador cordobés y propietario del taller de bordados “Artesanía San Eloy”. Rafael, desde su magisterio en el arte del bordado y su ingenio a la hora de componer piezas, es prácticamente el artífice de casi todo el patrimonio que atesora la Virgen de la Encarnación. Además, Rafael Carmona es quien, de manera desinteresada, adereza con gran maestría y arte a esta antigua imagen que recibe culto en mi familia desde hace muchos años.
Os adjunto varias fotografías de la Virgen vestida por Rafael a principios del mes de Junio. Saya de brocado antiguo color oro donada por el mismo artista, manto color malva realizado por Mónica Calvo (mi esposa) y encaje del siglo XIX adquirido en un lote de anticuario. La Virgen porta sobre sus sienes la corona de plata que en el año 2002 realizara Adán Jaime.

Traslado de la Cofradía de la Cena a la Parroquia de los Santos Mártires


El pasado día 23 de Mayo tuvo lugar un extraordinario acontecimiento en la vida de la Cofradía de la Sagrada Cena y María Santísima de la Paz. Aquel día entraron por primera vez entronizados los Sagrados Titulares para recibir culto en una de las capillas de una de las más antiguas y señeras Iglesias de nuestra ciudad, los Santos Mártires.



Finalmente se vieron colmados los deseos de los componentes de la candidatura de Rafael López Taza, que apostaban firmemente por el desmonte de aquel extraño invento en la casa hermandad y trasladar las Sagradas Imágenes a un lugar digno y adecuado donde recibir culto.
Además, mi alegría es doble en el sentido de que, además de que esta procesión constatara el traslado definitivo de la Cofradía de la Sagrada Cena a los Santos Mártires, este hecho también me permite adquirir un columbario para que, tanto mis cenizas como la de mis seres queridos, reposen para siempre junto a María Santísima de la Paz y el Señor de la Cena en la vecina capilla de la Archicofradía de Pasión.


La procesión recorrió las calles del centro acompañada de un numeroso público que pudo disfrutar de María Santísima de la Paz ataviada con el nuevo manto bordado de capilla. Destacar especialmente la solemne y elegante entrada del trono de la Virgen en la Iglesia de los Santos Mártires al son de “Virgen del Valle”. Poco a poco, las cosas se van haciendo mejor.

Nota: Las excelentes fotografías son de mi compañero y amigo Armando Moreno.