martes, 30 de agosto de 2011

Corpus Sevilla 2011

Hacía años que deseábamos acudir al Corpus de Sevilla, una de las festividades religiosas más importantes de la ciudad hispalense, de gran tradición y solera. De hecho, y a pesar de las elevadas temperaturas, pudimos comprobar como la capital andaluza se vuelva desde las vísperas en la celebración del día del Señor.
Conciertos, pasacalles de bandas, concursos de altares y balcones, el traslado de la Virgen de la Hiniesta Gloriosa desde San Julián hasta el altar de la Plaza de San Francisco… todo conforma una gran obra en la que Jesús Sacramentado es el principal actor.

La culminación, la procesión de la custodia de Arfe el jueves por la mañana. Sevilla viste sus mejores galas para disfrutar de uno de esos tres días que lucen más que el sol. Una procesión vistosa, cuidada, elegante, multitudinaria que denota el carácter tradicional del sevillano. Por señalar algún pero, en algunos momentos algo soporífera.  

Este año se conmemoraba el V Centenario de la fundación de Hermandades Sacramentales en Sevilla. Por dicho motivo, la Hermandad de la Cena decidió trasladar  todo el Misterio en su paso hasta el tradicional altar que monta en el Arzobispado hispalense, en lugar de la imagen Titular como realiza habitualmente en el paso de Humildad y Paciencia.

Y si la jornada de vísperas y la propia procesión del Corpus significó un acontecimiento extraordinario, disfrutar del Misterio de la Cena en la calle resultó sencillamente espectacular.

La procesión de ida se inició desde la Iglesia de los Terceros a las seis y media de la mañana. A esas horas el público era reducido, pudiendo disfrutar de todo el recorrido sin agobios. Todo lo contrario que la procesión de vuelta, con una Sevilla convertida en auténtica bulla a pesar del calor sofocante.
Calle Francos, Boteros y la Plaza de San Pedro fueron las localizaciones escogidas para grabar al Misterio de la Cena, que procesionaba, como lo hace habitualmente el Domingo de Ramos, con la banda de Cigarreras tras el paso. 

No quisiera finalizar este artículo sin señalar dos consideraciones un tanto negativas. Las primera, el poco decoro de Rafael Díaz, capataz del Misterio, que no pudo reprimir su deseo de fumar durante la procesión. La segunda, la involución que se está produciendo en el mundo de las marchas procesionales con la aparición, de un tiempo a esta parte, de composiciones carentes de melodía donde únicamente prima el juego de voces y los solos espectaculares. Desde estas líneas reivindico las marchas tradicionales, aquellas que identificas rápidamente por su melodía y que no buscan únicamente el lucimiento del músico. Lamentablemente, Cigarreras también ha optado por perderse en el barroquismo exacerbado de los pentagramas musicales.

Os adjunto los videos. Quien desee una copia en DVD, no tiene más que pedirlo. 

 


 

 

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