Nos debatíamos entre dos posibles advocaciones para la nueva Dolorosa: Candelaria o Victoria. Finalmente optamos por esta última para hacerle honor a la Patrona de Málaga y al nombre del barrio en que se encuentra enclavada nuestra vivienda.
Una vez decidida la advocación y tras la llegada a casa, restaban aún muchos flecos por resolver. Con el ajuar prácticamente resuelto con los espléndidos trabajo de Patricio y Rafael Carmona, así como los aditamentos de orfebrería en plata de ley por parte de Jesús María Cosano, restaba, entre otras muchas cosas, preparar la hornacina que acogería en el patio de casa a la nueva talla mariana.
Para ello, nos pusimos en contacto con Antonio Fernández, que regenta el antiguo taller de escayola de calle Cristo de la Epidemia. Antonio, verdadero artista de una profesión cada vez menos artesanal y más manufacturada, fue el autor de todas las molduras, yeserías y escayolas del nuevo retablo y camarín de la Virgen del Carmen del Perchel.
Nos proyectó Antonio una hornacina de molduras rematada en arco de medio punto y acabada en una original pieza asimétrica. El cuerpo inferior, enmarcado en una moldura de media caña, es sustentado por las cabezas de sendos angelitos atlantes y una cartela. En el interior de la hornacina, tecnología LED iluminaría a la Dolorosa.
Y bajo la hornacina, la mesa que nos regalara mi amigo Nacho Rapallo, restaurada magistralmente por otro excepcional artesano, Juan Francisco Arrabal, uno de sus últimos trabajos entregados antes de su fallecimiento.¡Gracias amigo Juan, por todos estos años de tertulia y amistad!
Decidimos que la bendición se celebrara el 15 de Octubre, sábado, a la una del mediodía, en un acto íntimo en el patio de nuestra casa. Durante los meses de preparación adquirimos diversos candeleros y candelabros, de latón antiguo, para conformar un pequeño altar. También localizamos unas jarritas violeteras del mismo estilo de los candeleros, a las que nuestro amigo Juan Mauri -al que desde estas lineas quiero agradecer su inestimable ayuda- les incorporó unas peanas de madera barnizada.
Rodearse de buena gente siempre es importante. Y si además los amigos son artistas, mejor que mejor. En casa tenemos la gran suerte de contar con la amistad de Rafael Carmona, bordador cordobés nombrado repetidas veces en este blog. Este artista de los hilos de oro y de los ancajes se desplazó a Málaga para vestir a la Virgen de la Victoria, colocándole unas primorosas enaguas así como el impresionante terno de saya y manto pintado por Patricio Carmona -al que ya hicimos referencia en otro artículo de este blog-. Todas estas piezas fueron confeccionadas en su obrador cordobés.
Y bajo la hornacina, la mesa que nos regalara mi amigo Nacho Rapallo, restaurada magistralmente por otro excepcional artesano, Juan Francisco Arrabal, uno de sus últimos trabajos entregados antes de su fallecimiento.¡Gracias amigo Juan, por todos estos años de tertulia y amistad!
Decidimos que la bendición se celebrara el 15 de Octubre, sábado, a la una del mediodía, en un acto íntimo en el patio de nuestra casa. Durante los meses de preparación adquirimos diversos candeleros y candelabros, de latón antiguo, para conformar un pequeño altar. También localizamos unas jarritas violeteras del mismo estilo de los candeleros, a las que nuestro amigo Juan Mauri -al que desde estas lineas quiero agradecer su inestimable ayuda- les incorporó unas peanas de madera barnizada.
Rodearse de buena gente siempre es importante. Y si además los amigos son artistas, mejor que mejor. En casa tenemos la gran suerte de contar con la amistad de Rafael Carmona, bordador cordobés nombrado repetidas veces en este blog. Este artista de los hilos de oro y de los ancajes se desplazó a Málaga para vestir a la Virgen de la Victoria, colocándole unas primorosas enaguas así como el impresionante terno de saya y manto pintado por Patricio Carmona -al que ya hicimos referencia en otro artículo de este blog-. Todas estas piezas fueron confeccionadas en su obrador cordobés.